
Especie: Torre humanoide
Categoría: Atracción extrema
Altura como máquina: 126 mts
Altura como humanoide: 6,30 mts
Edad aproximada en términos humanos: 65
País de aterrizaje: Atenas, Grecia
Idiomas: Griego y español
Zumanjaro aterrizó cerca del templo de Zeus Olímpico en Atenas, Grecia en el año 2015. Estuvo completamente desorientado durante mucho tiempo, vagando hasta que se vio en la necesidad de buscar agua electrificada. Pero aquello lo frustró, pues no encontraba ni una sola laguna.
Para su suerte encontró en un callejón a unos mendigos que resultaron ser muy caritativos. Éstos, al darse cuenta que era un humanoide se emocionaron, pues siempre habían deseado conocer a uno personalmente. Aun si no tenían muchos recursos, se las ingeniaron para alimentarlo y también le enseñaron a hablar. Así, Zumanjaro comenzó a aprender a hablar al escuchar e imitar los sonidos que hacían sus dos amigos humanos. En agradecimiento, la torre humanoide consiguió ayudar a sus amigos para que entraran en un refugio para desamparados. Al menos allí estarían seguros, tendrían comida y estarían bien. Entonces, Zumanjaro prosiguió su camino en solitario.
Eventualmente aterrizó en México, pero de nuevo se encontró en el punto de partida. No sabía hablar el idioma de los humanos que residían en esa tierra, as í que estaba de nuevo en el proceso de escuchar, aprender e imitar los sonidos de los mexicanos. Fue así como eventualmente aprendió español, un idioma que le pareció muy bonito ya que además le gustaba como hablaban de cantadito.
Sin embargo, tuvo un percance, ya que lo atraparon mientras robaba un contenedor de agua electrificada. Eso le acarreó una temporada en la cárcel, donde terminaría conociendo a otro humanoide llamado Intimidator, una montaña rusa. Al principio no se llevaban bien y tuvieron numerosos combates en la celda aislada que tenían para reos humanoides. Al final Zumanjaro consiguió derrotar a Intimidator y conseguir que éste lo aceptara y reconociera como su macho alfa.
Posteriormente otro humanoide se les unió en la celda, el cual fue arrestado por asesinato también. Para Zumanjaro, era su primer rebaño de humanoides en la tierra. El tiempo pasó, y pronto salió en libertad, pues el juez eventualmente entendió que al tratarse de un humanoide, sólo había robado para alimentarse y no había hecho daño a nadie. Por ello, decidieron transferirlo como una atracción viviente en un parque de Venezuela llamado Ciudad Mágica, el cual contaba con las facilidades y comodidades diseñadas especialmente para la raza humanoide. De ese modo, Zumanjaro no tendría que volver a robar por comida.
Los de la cárcel estaban más que felices de librarse de un reo, que al final no había hecho nada más que robar por comer. Sin embargo esto fue doloroso para la torre humanoide y sus dos protegidos, así que hicieron la promesa de reencontrarse algún día si salían en libertad. No obstante, sus dos humanoides protegidos tendrían que esperar más, pues ambos estaban presos por asesinato en defensa propia. Aun así, jamás perderían la esperanza de volverse a reunir, y felizmente, en circunstancias y un lugar diferente…